miércoles, 29 de febrero de 2012

8. Joder, estoy bien!!!







Me materializo a las puertas del complejo. Fritz insiste en preguntar como me encuentro y lo despacho enseguida. Necesito llegar a la enfermería antes de encontrarme con Tohr o Wrath... seguro que los cabrones pueden oler mi sangre a una legua. Mierda, la puerta de Tohr está abierta! Paso a zancadas por delante hacia la enfermería, esperando que un milagro lo distraiga de mi presencia.





De verdad se piensa que va a salir indemne de esta? ¿Que puede ignorarme como si fuese transparente? Hace más de una hora que vigilo la puerta esperando verle pasar. El cabrón es tan veloz y silencioso como una puta sombra, pero puedo oler su sangre desde aquí y eso me dice todo lo que necesitaba saber.

- ZSADIST! Mete tu culo en mi despacho YA!

Esto va a doler, lo que aún no sé es a cuál de los dos. Si se cree que puede engañarme, está bien jodido.






Mierda! Jodido olfato e instinto del jefe! No podría estar ocupado con su shellan...? Es jodídamente pronto! Apenas hace cinco minutos que se puso el sol... Pero no me engaño... el cabrón me estaba esperando... Entro en su despacho sin mediar palabra, separo con una puntada de pié la silla frente a su mesa y me siento, estirando las piernas y cruzando los tobillos casi bajo las patas de su mesa. Junto las manos como en una oración y entrecruzo los dedos bajo mi barbilla, apoyando los codos en el reposabrazos.

- Ahora mismo iba a ver a Doc para que revisara la herida. Estoy bien Tohr...





‎Mi primer impulso es hacerle comerse sus dientes. Me habla como si fuese un imbécil, como si me fuese a conformar con su autodiagnóstico de mierda*- Pues me parece estupendo, Hermano, porque vas a tener mucho tiempo esta noche para verla. *Me inclino sobre la mesa para acercarme a su rostro y mi tono de voz baja una octava debido a la rabia contenida.

- No te has alimentado, no patrullas. Puedes largarte a hacer tu visita y darle recuerdos de mi parte.






Mis ojos y todos los poros de mi cuerpo destilan rabia. Mierda! Mierda! Mierda!!! Jodido cabrón!!! Pero el tono que sale de mi boca sigue siendo pausado y calmado.

- Vamos Tohr, no necesito alimentarme joder! Sólo necesito un cambio de apósito!! O es que crees que no he luchado en peores condiciones...? De verdad crees que pondría la vida de mis hermanos en peligro? La de mi hija...? Puedo hacerlo joder!!!






-No intentes hablarme a mí de lo que es capaz de aguantar un cuerpo antes de rendirse, joder!

Ya sé que puedes luchar, es una herida sin importancia. Lo que no pareces ser capaz de hacer es cumplir órdenes, Z. El rey en persona me ha pedido que supervise si te alimentas con regularidad. No te quiero bien en las calles, te quiero jodidamente perfecto y no aceptaré menos que eso si es posible lograrlo, y en tu caso lo es, así que ya lo sabes: Ve a tu casa, busca a una hembra, si no quieres a Selena, y bebe de la vena. Luego regresas y yo mismo te llevo en brazos al callejón que elijas para patrullar.






- Joder Tohr!!!!! Alimentarme de Selena...?

Mierda! He dicho eso en voz alta...? Mis puños se aprietan de rabia hasta golpear los brazos de la silla, astillándose bajo el golpe. Hasta Wrath ha de meter su jodida nariz en cuándo o como me alimento...?

- No soy un jodido chiquillo al que hay que vigilar! Es esto un castigo por llevarme a Nalla...? Ella está bien,joder!!! Os lo puede decir Phury que anoche estuvo en casa!!! Vamos Tohr!!!!! No puedes dejarme fuera, necesitamos todas las manos en las calles, no es momento de remilgos!!!!

Me he levantado y me doy cuenta de que mis puños siguen cerrados, blancos mis nudillos de la presión y mis uñas clavándose en las palmas de mis manos.

- Tío, me necesitas ahí afuera!!!






‎Entrecierro los ojos y clavo una mirada sospechosa en mi hermano.

- Es una Elegida, no? Yo lo he hecho también y puedo asegurarte que su sangre es perfectamente aceptable.

No diré nada más al respecto porque recordar lo que le hice aún me hace sentirme avergonzado. Zsadist está furioso y hay bajo la superficie mucho más que el simple tema de tomar de la vena, pero ahora soy yo el que está cabreado. Me levanto tirando la silla y apoyo mis dos puños en la mesa para no romper alguna otra cosa.

- Santa mierda, hermano! No intentes joder con mi sentido de culpabilidad por la niña. Sabes malditamente bien que ninguno de nosotros piensa eso, así que deja de soltar gilipolleces y no te ampares en Nalla. Si cualquiera de nosotros tuviese la más mínima sospecha de que ella no está bien y perfectamente feliz, hace mucho tiempo que te habríamos obligado a traerla de vuelta.

Bajo el tono de voz, aunque estoy seguro de que a estas alturas toda la mansión está al corriente de nuestra discusión.

- No tengo nada que preguntarle a Phury porque no soy un jodido centro de información ni uso espías para enterarme de lo que quiero saber. Y sí, hacen falta todas las manos, pero quiero que haya tantas a la vuelta como a la ida, así que no toques más los huevos o te juro por mi vida que te quito las dagas y te pongo a sacar fotocopias para los reclutas! Tienes a una elegida viviendo bajo tu techo, por algún milagro de la Madre aún no la has espantado con ese endemoniado carácter tuyo y no te alimentas? Vete.a.tu.puta.casa.






No obedecerá, lo sé con total y absoluta certeza. Es un bastardo independiente que hace lo que le place sin aceptar autoridad alguna. A pesar de todo, su honor le hará recapacitar tarde o temprano. Que sospeche que dudamos de él como padre me ha jodido profundamente. La seguridad de Nalla y su bienestar son prioritarios para todos en la Mansión, y mi hermano siempre se ha volcado en ella. Incluso le tomo como ejemplo; he pensado a menudo que me gustaría ser un padre como lo es él, y soy consciente de que es condenadamente difícil, de que él lo hace bien con la pequeña. El tema de la Elegida es otro asunto. Me dirijo al segundo piso, al despacho del rey, y llamo con un par de golpes secos. Wrath me abre la puerta con el pensamiento y me dejo caer en el sillón frente a su mesa. Puede percibir mi estado de ánimo en cuanto entro y su pregunta es concisa.

- Dime que se ha alimentado y que puedo dejar de preocuparme por toda esta mierda.
No hay que dar nombres. Todos estamos pendientes de nuestro Hermano, de la elegida, de Nalla. Somos familia y no podemos desligarnos de ellos.

- No lo ha hecho, mi Señor. Le he enviado a casa, pero creo que el problema no es su alimentación, sino el hecho de que sea Selena la que provea su vena para él. Hay algo que no me hayas dicho acerca de ellos?

Wrath mueve la cabeza negando lentamente y su ceño fruncido me indica que está tan jodido como yo con toda la mierda que nos está cayendo encima desde todos lados.

- Hace apenas un mes que hablé con ella, cuando se ofreció voluntaria para ir a vivir allí. Tenía mis reservas, teniendo en cuenta el carácter de Zsadist, pero pongo mi mano en el fuego por mi Hermano. No la dañaría de ninguna manera, así que, sea lo que sea, ha tenido lugar en estas últimas semanas. Averigua lo que sucede. Ya hemos pasado una vez por esta puta pesadilla, cuando tú te fuiste, no estoy dispuesto a ver cómo se repite por su maldita cabezonería. Si no descubres qué ha pasado, llamaré a Selena a la Mansión.

Por cómo ha reaccionado Z, estoy seguro que se encenderá como una antorcha si el rey ordena que su elegida salga de su casa. Sonrío al pensar en ese "su elegida" que mi cerebro ha pronunciado. Puede que ahí esté el quiz de la cuestión.

- Enviaré a Lassiter, mi Señor. Es discreto, a pesar de lo que pueda parecer, y Selena le conoce y confía en él *Me levanto y comienzo a caminar hacia la puerta* Te informaré en cuanto tenga alguna noticia.

Salgo del despacho y me dirijo al salón. A esta hora, es el único lugar en el que puedo encontrar
al ángel: Es la hora de Oprah.

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